Un grupo de 18 personas se reunió en uno de los refugios de Shevlin Park, en Bend, OR, para compartir un espacio de conexión en la naturaleza. Las edades variaron de 5 a 50 años, con varias familias participantes. Una de las familias había llegado hacía pocos meses a Estados Unidos desde México, mientras que otras eran conocidas de nuestros colaboradores. Con agua, snacks, y cañas e instrumentos para pesca en el refugio, Kathya Ávila, colaboradora de parte de Bend Parks and Rec hizo el reconocimiento a los pueblos nativos que han habitado el territorio como los Wasco, Warm Springs y Paiute. Verónica de Vámonos Outside, dirigió a los niños hacia un lago cercano donde le enseñaría a niños de 5 hasta adolescentes de 17 años a pescar. Los jóvenes de la familia que recién llegó a Bend, decidieron participar de la caminata para aprender más sobre su nuevo hogar. 

Los participantes compartieron las razones para asister y entre risas, charlas y momentos de caminata silenciosa, se desarrolló una exploración del parque con nuestros sentidos. Escuchamos al río, al trinar de los álamos, aprendimos los nombres comunes en español de los árboles más predominantes, como el enebro, así como de una conífera decidua, o que pierde sus hojas en el invierno proveniente de china que se ha establecido muy bien en el parque -cabe notar que pocas coníferas son deciduas- . Hablamos del ecosistema en que nos encontramos, de las cuencas y su importancia, así como de las plantas que nos íbamos encontrando en el camino. 

Los colores del otoño estaban en su pico, y en los bosques de álamo pasábamos por un mar de amarillo. 

En un momento atravesamos el riachuelo Tumalo por un puente, en donde paramos en silencio a escuchar los sonidos del Río. Después de unos minutos en silencio, les participantes decidieron subir una pequeña colina, lo cual continuamos en silencio para poner la atención en nuestro alrededor, nuestros pensamientos y cada paso. 10 minutos después paramos en una zona mucho más seca que el primer tramo del camino. Compartimos reflexiones de lo que sentimos durante el silencio. Algunos compartieron que se dieron más cuenta de sus propios pensamientos, otros comentaron que pusieron más atención en donde caminaban y que se dieron cuenta de cuantas rocas habían en el camino. Nuestro biólogo acompañante nos explicó algunos conceptos del cambio abrupto de ecosistema con solo avanzar unos cuantos metros de altura. 

En otro tramo del trayecto sugería. Los participantes que caminaran de a dos, y que le contaran a su pareja reflexiones sobre los lugares en los que hemos transitado, la diferencia con sus lugares de origen. Una participante compartió que en sus lugares de origen no tuvieron la oportunidad explorar su tierra, o que vivían en ciudad, y que solo después de haber llegado a Oregón Central han tenido la oportunidad de ir de caminatas.  Al haber aprendido de algunas propiedades de las plantas que veíamos, los participantes hicieron conexiones con sus lugares de origen, compartiendo los usos medicinales y para manualidades que tienen muchas plantas de su país. En general el trayecto fue jovial, lleno de preguntas sobre el territorio, y de reflexiones que compartimos los unos con los otros. 

El final de la caminata estuvo lleno de fotos y risas. Una de las participantes antes de bajar la loma hizo un grito fuerte y profundo, compartiendo que en un taller de sanción se había puesto la tarea de gritar muy duro en el bosque para dejar salir todo lo que tenga que salir…y allí sin previo aviso entonó su grito de liberación. Celebramos que logró su tarea y su grito dió pie para hablar un poco más de la salud mental y su relación con la naturaleza. 

Al llegar de nuevo al refugio, ya nos estaban esperando unos tamales ofrecidos por Bend Parks and Rec, todos repetimos, charlamos y compartimos. Los niños ya habían vuelto de su clase de pescar y compartían entusiasmados lo que habían aprendido. En últimas cerramos nuestra caminata con cada uno compartiendo algo que se llevan de la tarde. Recibimos comentarios de que este evento superó todas las expectativas, la participante que pegó su grito compartió que se iba satisfecha, alegre y desahogada, y muchas personas compartieron que les encantó todo lo que aprendieron de su territorio. 

Como siempre, recibimos comentarios de lo importante que fue poder convivir con otras personas en un evento en español. 

La familia recién llegada compartió lo mucho que se sienten bienvenidos en este lugar gracias a programas como este, y como otros a los que han accedido con VO y Bend Parks and Rec. Corroborando que juntos estamos construyendo un Oregon Central más inclusivo y abrazador de nuevos inmigrantes. Pienso en lo maravilloso que hubiese sido que yo hubiera podido acceder a programas como este cuando llegue a este país, y en lo feliz que me siento de poder crear este tipo de experiencias para otres.